20051013

Dr. Adolfo Rubio Rubio (+)

ANTECEDENTES FILOSÓFICOS DEL PENSAMIENTO DE EL LIBERTADOR

Por Adolfo Rubio Rubio

1.1. La filosofía constituye el ángulo importante, donde van a escanciar las incógnitas del pensamiento. El mundo presocrático, en su ámbito de cosmología y cosmogonía, interpretó el mundo físico rodeante de los atenienses. En Jonia cuna del saber epistemológico se observan la inquietud por dos grandes planteamientos:
La Importancia del “ser”: y el “deber ser”. En un enfoque de fortalecimiento acerca del ya preindicado pensamiento, surge la estoa, metódica de los escépticos y de este cúmulo del pensatorio antiguo traducido en las grandes escuelas menores y mayores influenciados por la mayéutica socrática. En este ámbito especulativo aparecen obras clásicas, cuya interpretación nunca ha cedido el paso a las eternas incógnitas que el hombre ha tenido como epicentro de su quehacer cognoscitivo. Ya Panesio, Posidonio y Epíteto como manifestaciones últimas de la filosofía ateniense, nos permiten acercarnos al eterno mundo del cosmos planteado por la cuatro raíces, interpretativas de la autenticidad: tierra, aire, fuego y agua. La filosofía posterior al platonismo y al estagirita, no se apartan de estos criterios; constituyendo los mismos eternas incógnitas que a modo de norte permanente hacen presencia en el devenir de la filosofía clásica.

1.2. Estas fuentes inagotables de la filosofía clásica griega, por varias vías llega a las grandes academias y centros de estudio de Europa. Saltando siglos y en cierta manera sin eludir a etapas concretas El Libertador en sus viajes a Europa se permeabilizó de estos conocimientos. No en vano fueron la lectura de todo ese cúmulo ideológico cuya esencia epicéntrica la podemos clasificar de acuerdo a las categorías que conforman o estructuran el ya señalado pensamiento socrático. De donde la especulación se centra en tres grandes ideólogos de la Heredé: Sócrates, Platón y Aristóteles
1.3. La eterna interrogante socrática, buscando la verdad crea el método racional que luego veremos en forma manifiesta y demostrativa en las obras cartesianas; la república de Platón y sus diálogos arquetipan otra modalidad de pensamiento a cerca de la doble función estatal; el individuo como ente activo del grupo existencial y el estado como arma política de la organización gubernamental. Y culmina con Aristóteles; ya sean las categorías o su obra magna la política también enfocan y hacen nacer como rubro necesario, el mundo del conocimiento; con su teoría acerca del mismo y con la aplicación del axioma acerca del justo medio.
1.4. Todo este bagaje intelectivo no escapó a la formación bolivariana. A parte de ello conexando los textos griegos con las obras de los intelectuales, Lock Rousseau, Montesquieu, Diderot, D’alenbert y la enciclopedia Global, también son un faro en la noche del oscurantismo, permitiendo a los libertadores tanto de Norteamérica como Iberoamericanos, la aplicación de textos clásicos del pensamiento político. Cabe destacar la influencia de Maquiavelo acerca del concepto de Estado y la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, ángulos necesarios en las revoluciones americanas.
1.5. La sumatoria de estos conceptos facilitan y ayudan a moldear, construir, hacer, y trascender, la aplicación de los mismos. El arte de la guerra no se inventa, según expresiones de grandes prácticos bélicos. En consecuencia al analizar el manifiesto de Cartagena, la Carta de Jamaica, el mensaje al Congreso de Angostura y el Proyecto de Constitución de Bolivia, hallaremos como ventanas abiertas al mundo amerindio la cultura formativa, el hacedor permanente, y la influencia notoria en las actividades de carácter practico, tales como la Campaña admirable, la Campaña de Angostura, y todas las acciones bélicas que se suscitaron en Ecuador, Perú y Bolivia.
1.6. Esta concatenación idearia no es por generación espontánea que surge en la formada mentalidad del Libertador. Ella tiene su asiento en el antes citado cosmos especulativo; halla donde suelen ubicarse las eternas preguntase acerca del sentido gregario existencial y de la moral como apéndice necesario en el mundo de las virtudes humanas.
1.7. Toda filosofía como ya se expresó tiene un horizonte; construye un camino; crea unos horizontes y cuya tarea permanente reposa las inquietudes de los “Dioses de la Guerra”. Probablemente el arte de la guerra de los antiguos chinos y las escaramuzas de Napoleón, no son ajenas a la actividad que estamos analizando. El accionar permanente o la combinación perfecta, entre libro y fusil, la practicó el Padre de la Patria en su eterno peregrinar de 20 años por las tierras iberoamericanas. Oleary, Perú de Lacroix y el Diario de Bucaramanga, son gestos demostrativos de la perfección en condenar el tiempo para aprovechar y deducir las lecciones de la sabiduría en cuyo itinerar el Libertador fue un hábil estratega y un perfecto táctico.
1.8. Si escudriñamos con profundidad; si somos más exegéticos en el pensamiento filosófico del Padre de la Patria, concluiremos en la existencia de un gran concepto que trascendió las simples fronteras humanas para invitar la reacción indígena con la alcurnia de algunos jefes o generales. Al dar este paso unionista entre la reacción del aborigen nato y las clases clireas peninsulares, representadas por altos cuadros de la jerarquía castrense, es cuando nace, surge, se genetiza la perfecta unión de la estructura social autóctona americana y los que conducirían con sabio tino las bélicas actuaciones en los campos ya descritos. Esta virtud bolivariana tiene el gran calificativo de haberla oteado Simón Bolívar y una vez calculada su esencia y dimensión, emprende la segunda actividad más importante de toda su carrera militar, la comprendida entre 1821 y el año de su muerte.
Prolegómenos:
a) Es corto estudiar bajo una sola dimensión o faceta, el pensamiento filosófico del hombre más grande nacido en la América.
b) Sin embargo, esbozar con criterios analíticos algunas facetas de su pensamiento, obviamente no implica descomponer lo amplio de su obra.
c) Compararla con otros idearios, seria algo atentatorio, habida cuenta de ser El Libertador, originario, creador, casi hasta demiurgo del nuevo sistema político gubernamental en la América. Esta última prueba se encuentra esparcida en el discurso al Congreso de Angostura, en cuyo contexto se manifiesta como político, estadista, constitucionalista, jurista, organizador tanto de la dinámica como la morfología de un Estado visionario.
d) En el mismo campo de ideas es absurdo mezclar todo el bagaje de su pensatorio. Porque a todo evento cada una de sus etapas, factura o estructura un universo originario que lo hace igual asimismo y distinto a los demás
e) Apartándonos del aspecto filosófico pero con reminiscencias al campo futurista de la sociología, encontramos en la Carta de Jamaica una forma muy originaria, su generis, de ver el futuro panorama de estos regímenes gubernamentales. No solamente en el campo que hemos referido, sino el análisis, el desmenuzamiento, y la clasificación de hechos sociales formadores indispensables del conocimiento sociológico.
f) Ya en Bolivia con la serie de decretos precedentes acerca de la agricultura, la libertad del hombre, el ambiente, las aguas, demuestran una madurez que ninguno otro hombre de su época logró llevar en la alforja inagotable de su inteligencia. Ni San Martín, ni O´Higginis, ni Bengrano, ni Rivadavia, ni Sarmiento, ni el mismo Andrés Bello llegaron a tocar en forma pasajera alguno de los pliegues intelectuales de este portentoso líder americano. Probablemente como afirma Carrera Damas, estamos imbuidos por el mito de Bolívar. Pero a ciencia cierta que es tanto el inagotable manantial de su pensamiento, que es difícil homologarlo con otro que al menos le llegue en estatura moral el intelectiva. Probablemente el Mariscal Sucre sea el pariente más cercano del ideal analizado. Otros hombres han contribuido a especular desbloquear, ciertas teorías negativas de la trascendencia de su obra, ninguna de ellas alcanza el clímax indispensable para destruir como lo han hecho algunos de sus detractores, la limpia hoja de servicios, puesta desinteresadamente en la bandeja de las necesidades de los irredentos de esta tierra.
En resumen es atentatorio querer confluir todo lo que en sus obras inagotables, al decir de Vicente Lecuna, hallamos en el hijo mas preclaro que ha tenido la existencialidad americana. Igualmente Rufino Blanco Fombona analista frío y sereno, de la ya citada varias veces manantial de hombre inagotable, califica como memorable reflexión intelectual, las cartas, todo el epistolario, los ensayos, los proyectos jurídicos y los anales psicosociológicos acerca del vasto mundo iberoamericano. Es innumerable la lista tanto de poetas como de prosistas que al unísono manifiestan una férrea voluntad sobre la forma en que pasaran los años, pasará la humanidad, pasaran los siglos, y mayor vigencia cobrara el espíritu creador de su genio inigualable. Pasearnos por todo este contexto es ahondar en cariño, en pasión constructiva, el quehacer de la patria por venir. Por esta forma afortiori todo investigador no escapa a su preclara notoriedad, máxime al tomar como guión distinguible la normativa que el creó para enrumbar el destino de estos mundos descubiertos.
A todo saber, a toda ciencia, y a todo pensamiento racional y no pasional obedece las circunstancia influyente del mundo grecorromano en esta estructura que no se ha dado en otro ser humano, que haya transitado por los predios de la universalidad. Todo este aspecto globalizador tendría el calificativo de postmoderno, si nos atrevemos a sostener, que la filosofía desde su ámbito jonio, ya vislumbraba el comportamiento del ser en todos los ángulos que significó transitar por las obras de los grandes maestros. Estos son rasgos, someros, rápidos, ligeros en el análisis pero impregnados de una ratio lógica, y de un deseo para que el cosmopolitismo vigente tenga cabida sobre todo, en los destinos o en los regímenes que a modo de pauta comandan los actuales gobiernos latinoamericanos. Prescindir de estas influencias, es más que imposible; no solamente por lo que hemos dicho o analizado, sino por encontrar a modo de brebaje un manantial creativo y no una porción de la mente estancada, estas son líneas, pensamientos, conceptos, sugerencias, que entendemos quedan cortas cuando las comparamos con las obras poéticas de Rodó o de otros prosistas venezolanos, cuyo saber y entender son la mejor demostración del espíritu genético.
Invitamos a contribuir con estas modestas digresiones a la juventud que nos lee; la cual es la primera porción a quien va dirigida la actividad con motivo de los actos a celebrarse durante la celebración de un nuevo natalicio. A ciencia cierta habrá ensayos mejores, pero en tanto y en cuanto la presente inquietud colabore con las actividades predichas, sentiremos que hemos aportado al espíritu estudioso de nuestra juventud y de nuestros lectores, panoramas lógicos, racionales acerca de la obra inagotable de nuestro libertador.